miércoles, 7 de noviembre de 2012

Soltar el lastre


Ya no hay escusas.

Ya no vivimos en un mundo en el que nuestros pies se hunden en un barro que nos arrastra hacia el fondo.

El mundo está cambiando, la energía es diferente... ¿No lo notas?

Está ahí, a nuestro alrededor; no en grandes actos pero sí en pequeños matices que son los que vienen de corazones anónimos.

¿No te ha dicho últimamente un desconocido "que tengas un felíz día" o has recibido más de un abrazo inesperado?.

¿No notas algo dentro de tí que te lleva a fijarte en cosas nuevas en las que antes no hubieras reparado?. ¿Cosas de las que tocan tu corazón, de las que emocionan o te hacen vibrar de otro modo?. ¿No sientes una necesidad extrema de ser tu mismo? ¿De sacar la riqueza que hay dentro de tí?.

Quizás te hayas vuelto más sensible hacia los animales, hacia las plantas...
Te preocupa más el prójimo, la penosa situación de muchos ante la crisis...
Te interesa comer más sano, más vegetal y menos animal...
Ultimamente navegas en busca de terapias altenativas, pues tu cuerpo ya no quiere tanta química...
Quizás has dicho basta ante un trabajo esclavizante que no te dejaba sacar lo mejor de tí...
Quizás sientes que hay algo sagrado dentro tí a lo que debes prestar más atención... 

Todo ello tiene una explicación. La energía del planeta está cambiando y tú lo estás haciendo con ella.

Por eso, ha llegado el momento perfecto para soltar el lastre y dejarse llevar. Porque muchos seres humanos despojados de sus cadenas pueden construir el mundo soñado.

Y te animo a que comiences por despojarte de quizás una de las más pesadas bolsas con las que cargamos durante nuestro viaje: EL JUZGAR A LOS DEMÁS.

Piensa por un momento en las veces que sientes rabia o ira hacia otra persona: ¿Realmente ese sentimiento está justificado?.

Aunque no lo creas, esa ira, esa rabia la puedes transformar en AMOR. Si si, en AMOR.

¿Y cómo?. Con una simple reflexión:

El/Ella está aprendiendo. Igual que tú.
Antes de nacer decidió vivir la vida que tiene.  Como tú la tuya.
Cada uno de sus pasos  responden a un Plan Divido. Como los tuyos.
No está aquí para fastidiarte.
¿No has pensado que quizás tú necesitas sentirte fastidiado por él/ella?
¿No crees que puedes darle las gracias por ser tu maestro?
¿Por aceptar la carga que lleva?
¿No crees que puedes amarle por su generosidad? 

Te animo a que te despojes de semejante lastre, el de juzgar a los demás. ¡Es una gran liberación!

Una vez que lo haces del todo los pies se te despegan del suelo y comienzas a sentir una unión con todos los seres de la Tierra, una unión que nace del corazón.

Y todo cobra sentido.

Y soltar otros lastres resulta tan secillo...

¡Suéltate, ha llegado la hora!

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